Los videojuegos evolucionan a un ritmo endiablado y el realismo se ha convertido en uno de los principales reclamos para los usuarios. A nivel visual estamos llegando a unos límites que a estas alturas solo pueden empujar la nueva generación, pero en aspectos como inteligencia artificial, uso de luces y sombras y tratamiento de las físicas todavía queda un largo camino por recorrer.
Hay juegos que usan las físicas para ofrecer un sinfín de posibilidades al jugador.
Hoy nos centramos en la física y os traemos una selección de títulos que lograron emplearla con brillantez no solo para lograr el realismo deseado, sino para implementarla en sus mecánicas jugables y brindar un sinfín de posibilidades al jugador. Está bien que las cosas se muevan siguiendo las leyes de la lógica, pero manipular los cuerpos a nuestro antojo es todavía mejor
The Legend of Zelda: Breath of the Wild
En apenas unos días se cumplirán tres años de su estreno, pero los usuarios todavía siguen desafiando las a las leyes de la física. Nintendo apostó por una entrega revolucionaria, en la que las posibilidades son ilimitadas. Y es que resulta increíble lo que algunos son capaces de hacer combinando el paralizador de la Piedra Sheikah con bombas y golpes: hemos visto artilugios capaces de volar, barcos improvisados, objetos que se desplazan largas distancias… Todo ello sin olvidarnos de la importancia que tiene saber jugar con el entorno a la hora de superar todos los santuarios.
Half-Life 2
Valve siempre se ha tomado en serio las físicas. Lo hemos visto en varios de sus títulos, pero el primero que nos dejó boquiabiertos fue la secuela de la aventura de Gordon Greeman. Cuando decidimos disfrutar del juego una vez más, automáticamente pensamos en ese momento en el que llegaremos a Ravenholm para sacar la pistola gravitatoria y comenzar la fiesta con los zombis de la ciudad. Su munición son los objetos del escenario y las sensaciones a los mandos varían en función de si apostamos por lanzar sierras circulares, bidones de combustible o elementos del mobiliario.
Red Faction: Guerrilla
Volition sorprendió a todos durante la pasada generación gracias a un sistema de destrucción impresionante. Un sandbox ambientado en Marte, en el que lo más divertido era afrontar esos desafíos que nos proponían tumbar edificios a golpe de martillo en tiempo récord. El juego, que actualmente cuenta con un remaster, contaba con un motor de físicas increíble, que hacía de cada impacto un auténtico deleite. Aporreabas los cimientos de una estructura y te sentabas a disfrutar del espectáculo.
Max Payne 2
Remedy Entertainment lleva mucho tiempo con nosotros, y esta secuela es uno de sus títulos más queridos entre los amantes de los videojuegos de acción. Tiene casi veinte años a sus espaldas, así que no deja de sorprendernos que en pleno 2003 fuera capaz de ofrecer un sistema de físicas impresionante. Los cuerpos de los enemigos respondían a la perfección en función del arma empleada y de la zona de los impactos. Además, al salir despedidos después de un disparo no siempre iban al mismo lugar, sino que todo podía variar según el elemento del escenario con el que impactara su cuerpo. Y sí, nosotros también disparábamos a sus cadáveres para ver cómo reaccionaban sus cuerpos inertes porque ¡era muy divertido!
Halo 3
Un buen uso de las físicas no necesariamente se define por un realismo extremo. En esta ocasión podemos llevar a cabo proezas que distan de ser posibles en la vida real, pero, ¿acaso importa? Montarnos en un Warthog y decirle a nuestro compañero que lo haga saltar por los aires con un lanzacohetes, con la intención de usarlo como plataforma y alcanzar un lugar inaccesible es algo que solo nos ofrece Bungie. Sus bondades como FPS son incuestionables gracias a una IA impresionante, pero sin su exquisito uso de las físicas la experiencia se vería resentida. Uno de esos títulos en los que si puedes imaginar un movimiento, puedes llevarlo a cabo.
Portal 2
Podríamos haber citado a su antecesor, pero lo cierto es que la segunda parte es un título mucho más completo. Sus puzles se basan en aprovechar al máximo las leyes de la gravedad, el magnetismo y, en algunas ocasiones, los líquidos. Los portales de teletransporte llegan incluso a pasar a un segundo plano en favor de otras mecánicas como la absorción de aire, los reflejos de luz y la manipulación de objetos. Uno de esos títulos en los que los jugadores más habilidosos continúan sorprendiéndonos con sus proezas gracias a las mil y una posibilidades que ofrece el Motor Source.
The Unfinished Swan
Giant Sparrow, creadores del aclamado What Remains of Edith Finch nos ofreció un título muy emotivo en 2012. Sorprendió con su uso de los colores, pero especialmente con las mecánicas de dibujo. Y es que arrojar bolas de pintura y hacer uso de otros utensilios como el pincel o una gran manguera daban fueron elementos que daban lugar a una experiencia muy gratificante, en la que pintar el escenario que estábamos a punto de recorrer era una auténtica gozada. Las físicas de los líquidos eran convincentes y se unían perfectamente con las mecánicas jugables.
Grand Theft Auto V
Pasarán los años y el motor de movimiento Euphoria seguirá sorprendiéndonos. Y es que uno de los títulos más exitosos de todos los tiempos no solo ha llegado al lugar que ocupa por todo lo que ofrece como sandbox, sino por muchos detalles como el realismo que nos permite disfrutar de todo lo que sucede en la ciudad: personas que se tropiezan debido a su embriaguez, impactos cuando corremos y no esquivamos los obstáculos, caídas desde las alturas y un tratamiento del agua bastante realista. No conviene olvidar que este motor fue empleado por primera vez para desarrollar la cuarta entrega, ni que actualmente fue el elegido para Red Dead Redemption II.
Human: Fall Flat
En las oficinas de No Brakes Games reina la imaginación. Precisamente, en este juego hay que tener mucho cuidado de no pasarnos de frenada y eso que controlamos a un ¿ser humano? Prácticamente el 100% de su jugabilidad reside en aprender a dominar las físicas, ya que debemos manejar sus extremidades para agarrarnos a superficie, transportar objetos y ser muy precisos a la hora de realizar cada movimiento. Además, el modo cooperativo da lugar a muchas risas, ya que hay ocasiones en las que podemos agarrarnos a la espalda de nuestro compañero y lanzarnos al vacío con la intención de agarrarnos a una cornisa y escalar para continuar avanzando.
Spintires: MudRunner
El título de Saber Interactive apuesta por la simulación a la hora de ponerse al volante de vehículos especializados para el trabajo en terrenos complicados. El clima, la hora del día y el tipo de superficie juegan un papel fundamental y progresar resulta muy gratificante gracias a las dificultades que estos elementos pueden plantear. Como en la vida misma, una pequeña piedra o un charco más profundo de lo que parecía pueden convertirse en el peor de los problemas para el trabajador. En esta ocasión, el realismo es la piedra angular del título.
Control
Remedy se cuela por segunda vez en la lista y no es para menos; su último título hace un uso de las físicas realmente espectacular. Probablemente, uno de los mejores que hemos visto jamás. Conforme avanzamos y aprendemos habilidades para manipular el tiempo y el entorno, se nos abren mil y una posibilidades: destruir estructuras, jugar con las leyes de la gravedad, lanzar a enemigos por los aires o hacer que el mobiliario de la Agencia impacte en ellos… Los finlandeses ya lograron algo similar en Quantum Break, pero ahora se han superado.
Fuente: 3djuegos.com
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