El hecho de que sea una actividad que puede disfrutarse desde casa y que resulta atractiva para distintas generaciones —de abuelos a niños, pasando por los propios padres— la ha convertido en una de las preferidas para las familias. Y también hay cifras de ello: según un estudio de Microsoft, tres de cada cuatro familias en España afirman jugar juntas a videojuegos un promedio de nueve veces al mes.

«El objetivo es reproducir la experiencia que disfrutamos al reunirnos en torno a una actividad en grupo, como los juegos de mesa, pero con los atractivos y las posibilidades que ofrece el videojuego desde la pantalla del televisor o la tableta», explica Joan Arnedo, profesor de los Estudios de Informática, Multimedia y Telecomunicación y director del máster universitario de Diseño y Programación de Videojuegos de la Universitat Oberta de Catalunya (UOC).

Joan Arnedo y Daniel Aranda, también profesor de la UOC, han elaborado un décalogo con consejos para hacer un buen uso de los videojuegos en estos días de encierro domiciliario.

  1. Jugar a videojuegos es bueno (o no es malo): los videojuegos, según los expertos, fomentan la capacidad de concentración, requieren de compromiso y, entre otras cosas, generan un interés por el descubrimiento.
  2. No existe un baremos de horas de juego correcto o incorrecto: Cada familia debe decidirlo. En todo caso, según Arnedo y Aranda, es más relevante «valorar qué se deja de hacer por jugar a videojuegos que el número de horas concretas dedicadas a los mismos».
  3. Es importante revisar el código PEGI y los gameplays antes de comprar un juego: Los códigos PEGI dan una del tipo de contenido del juego y de la edad recomendada. Los gameplays son cortes o fragmentos de alguna partida subidos a YouTube. Estas informaciones nos permitirán valorar la conveniencia o no de comprar el juego.
  4. Son herramientas de relación social: Según los portavoces de la UOC, los videojuegos son el nuevo patio de recreo. Su gracia, no en vano, reside cada vez más en jugar en grupo.
  5. Los juegos con modalidad en línea son una oportunidad para interactuar: El modo en línea puede hacer entrever más peligros, pero también aumenta las habilidades relacionales. La familia debe decidir en última instancia a qué valor da prioridad.
  6. Los videojuegos deben formar parte de la conversación en casa: Deben ser un tema de debate y que además puede ser una oportunidad para que se cambien los roles y los menores enseñen a los adultos.
  7. Es necesaria la supervisión de un adulto: Explica los expertos que a medida que los niños se hacen más mayores la supervisión debería ser menor porque los videojuegos ya forman parte también de las conversaciones domésticas.
  8. El juego debe empezar en un lugar social y posteriormente pasar a un espacio privado: Es decir, primero el comedor y con el tiempo dar el salto a la habitación del niño o niña.
  9. Vigilancia con los juegos con apuestas y las compras en línea: Señalan Arnedo y Aranda que existen medidas de control parental para controlar este tipo de gastos y que los códigos PEGI de los videojuegos incorporan etiquetas informativas al respecto.
  10. Es necesaria una alfabetización sobre el juego tanto en la escuela como en casa: Los expertos señalan la pertinencia de incorporar a las políticas educativas una buena propuesta de alfabetización digital que permitiría a los niños y niñas tener más capacidad crítica, desarrollar la competencia creativa y entender, opinar y generar nuevas experiencias de juegos y proyectos.

Fuente: padresycolegios.com

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